No nos cansamos de señalar en esta web que tomando algunas medidas de eficiencia energética en el hogar se pueden ahorrar entre 150 y 800 euros al año, dependiendo de si nuestro gasto habitual en más o menos grande. Algo tan sencillo como el uso de regletas con interruptor (y usarlo, es decir, apagarlas cuando no se usen los aparatos) puede llegar a ahorrar hasta un 7% del consumo eléctrico anual. También hemos repetido en varios artículos que usar bombillas LED reduce el gasto en iluminación y que el uso de electrodomésticos de calificación energética eficiente (A+, A++ y A+++) se nota bastante en la factura final. Además, aconsejamos utilizar fuentes de energía renovables; dar prioridad al microondas sobre el horno y usar los modos de ahorro de energía o ECO en electrodomésticos.

Pero hay otras medidas que no solemos tener tan en cuenta y que pueden hacer que el gasto disminuya considerablemente. Por ejemplo, mantener la temperatura de la nevera a 5ºC y la del congelador a -18ºC. Las temperaturas más frías en este electrodoméstico incrementan el consumo de energía hasta un 5% de consumo por cada grado.

Y otro de los grandes gastos energéticos es la climatización ya sea de calefacción o aire acondicionado. El termostato –tan nombrado estos días por las condiciones puestas por el Gobierno– es clave para garantizar un consumo eficiente. Se aconseja mantener la calefacción en invierno entre 19 y 21ºC y el aire acondicionado en verano entre 24 y 26ºC (cada grado extra aumenta el consumo energético entre un 7 y 11%). Pero estas acciones no son tan eficaces si no se cuenta con un aislamiento de muros exteriores, ventanas, puertas.