Los datos registrados indican que el año pasado se instalaron en España 1.203 megawatios de autoconsumo fotovoltaico. Aunque la mayoría fue en el sector industrial, los hogares no quedaron rezagados en esta carrera y supusieron el 32% de las nuevas instalaciones, una cifra espectacular. El 26% restante fue en el sector comercial.

Ya en 2020 las instalaciones particulares habían aumentado hasta el 19%, algo que sorprendió a todo el sector, pero ahora ya son un tercio del total. La razón puede estar en la concienciación del consumidor, las facilidades y subvenciones que ofrecen las administraciones y los altos precios de la energía: “La gente se han dado cuenta de que su dinero está mejor en sus tejados que en sus bancos” cuenta el director general de la patronal del sector, José Donoso. Además, están empezando a ponerse en marcha los primeros proyectos de autoconsumo colectivo, en comunidades de vecinos y urbanizaciones, una tendencia que irá aumentando e impulsará todavía más el aumento.

Los excedentes de esta producción fotovoltaica se vuelcan a la red, lo que aporta un mayor ahorro a los consumidores. Curiosamente la mayoría de eléctricas compran esta producción a unos precios irrisorios si los comparamos con los que actualmente marca el mercado. ¿Por qué será?