El diccionario de la RAE nos dice que domótica viene del latín domus, es decir casa, y el sufijo -tica, de automática. Por tanto, domótica sería la automatización de la casa. En una definición más amplia, son una serie de sistemas de gestión de los edificios en aspectos como el energético, de seguridad, de comunicación, confortabilidad, etc. que se integran por medio de redes informáticas. La Wikipedia ofrece otra versión: la integración de la tecnología en el diseño inteligente de un recinto cerrado. Y dicho en plan más llano, es la posibilidad de conectar entre sí y comunicarnos con los distintos elementos de un edificio para gestionarlos de forma más eficiente. También es eso que los “entendidos” llaman smart home (o sea, casa inteligente).

Ahora la cuestión es: ¿para qué queremos hacer eso? La domótica permite la comunicación y por tanto el control remoto con los elementos conectados. Por ejemplo, a través de un móvil podemos poner la lavadora desde la oficina o saber en el súper qué alimentos faltan en nuestra nevera. Bueno, esas cosas quizás no son tan útiles pero sí puede ser más interesante poner la calefacción o el aire acondicionado una hora antes de llegar y que el espacio esté calentito (o fresco) y consumiendo solamente la energía que necesitamos. La alternativa es tener todo el tiempo en marcha esos sistemas, con el gasto que supone, o helarnos (o sudar la gota gorda) hasta que se alcanza la temperatura adecuada.

Por tanto, la domótica es un elemento importante de ahorro energético: la climatización, como ya hemos dicho, pero también la iluminación, el agua caliente, el riego si se tiene la suerte de tener jardín, etc. utilizando las tarifas horarias más baratas o los momentos más apropiados aunque no haya nadie presente. Y permite monitorizar los consumos, y con esa información modificar los hábitos y aumentar la eficiencia.

También es una forma de mejorar la confortabilidad: ya hemos hablado de la lavadora y el frigo, pero igualmente podemos controlar la ventilación abriendo o cerrando ventanas y la iluminación natural con persianas, toldos, puertas, cortinas. Otro ámbito interesante de estas técnicas es la seguridad, como la vigilancia automática de personas y bienes (cámaras de vigilancia, alarmas, etc.) o de incidencias y averías (detección de gas, incendios, inundaciones…) todo ello revisable a distancia desde un móvil, tableta u ordenador.

Hay más posibilidades aún en la domótica que iremos revelando en posteriores noticias. Mientras tanto, se pueden consultar nuestra sección al respecto o visitar la tienda para ver qué elementos pueden ser más interesantes.