Parecía que 2020 iba a convertirse en el año de despegue del autoconsumo eléctrico en España. Los indicadores preveían un crecimiento de las instalaciones de hasta el 400% respecto al año anterior… y luego llegó el covid. El confinamiento ha supuesto un parón de unos meses, especialmente para los hogares, lo que enfrió al sector justo cuando estaba calentando motores. Pero no ha llegado la sangre al río y, finalmente, en cuanto se produjo la reapertura y la “nueva normalidad” se instaló entre nosotros, parece que se ha empezado a recuperar el ritmo.
Un caso significativo ha sido el de Cataluña, donde el autoconsumo eléctrico se ha disparado. Según los últimos datos, las instalaciones fotovoltaicas alcanzaban a finales de junio un crecimiento del 52% en el segundo trimestre del año. Y cerca de ese índice de incremento podemos encontrar otras regiones. En general, el sector doméstico está creciendo por encima del año pasado, que ya fue bueno.
Además del fin de aquel funesto “impuesto al sol” que ya dejamos atrás, los analistas destacan otras dos razones para que, a pesar de la situación (o quizás, en parte, gracias a ella), nos estemos poniendo al día con respecto a Europa en este tema. Por una parte, cada día más municipios están concediendo más incentivos fiscales para la instalación fotovoltaica entre sus vecinos, lo que fomenta su desarrollo. Por otra parte, durante el encierro las familias han ahorrado y también han tenido tiempo para pensar dónde invertir, echar números y comprobar que es una opción que puede salir rentable para ahorrar en el gasto energético.
Dentro de este sector del autoconsumo doméstico destaca el dinamismo de las comunidades de vecinos. Cada vez más edificios al completo están instalando paneles solares compartidos, ya sea a pequeña escala, por ejemplo para ahorrarse los gastos comunes como el consumo del ascensor y la luz de la escalera, ya sea para distribuir la energía entre todos y reducir así la factura de cada domicilio.
Con este despliegue el llamado país del sol podría aproximarse a otros estados europeos con mucha menos luz pero muchas más luces como Alemania o Reino Unido. Quién lo diría.